Esta misma objeción suele estar disfrazada también como; “no tomo decisiones apresuradas” o “lo tengo que consultar con Dios, la esposa, el abogado, y a veces hasta con la almohada”, pero lo cierto es que inmediatamente lo dicen, la mente del vendedor ¡se congela! Y claro que lo tienen que pensar, pero ¿cuando? En mis…