Lo dije hace un año y ahora lo vuelvo a repetir. A vísperas de terminar el cuarto y último trimestre del año 2014 y empezar un 2015 cada vez más competitivo y retante, es imperativo que sepamos cual es nuestra ventaja competitiva.
Muchos colegas de la industria automotriz y afines a la misma (bancos, cooperativas, financieras, seguros, compañías de publicidad, etc.), piensan que su ventaja competitiva estriba en el nombre de la compañía, en la marca que representan o en su capital; y aunque lo antes mencionado aporta al éxito, en la mayor parte del tiempo son los líderes que manejan la corporación los que crean la ventaja competitiva.
Y cuando digo líderes, no me refiero a jefes, sino más bien a las personas que aun no teniendo el nombre, la marca, ni el capital, logran a través de su liderato persuadir a sus empleados a que tomen constante acción.
Fíjense que no he dicho persuadir a sus empleados a tomar solo acción; sino tomar constante acción.
Por ejemplo, una de mis facetas como consultor es ofrecer adiestramientos de ventas, y aunque no soy el único que se dedica a ofrecerlos, mi ventaja competitiva no solo recae sobre la experiencia, los conocimientos y como los transmito; sino más bien en la habilidad que he desarrollado de persuadir a todos los asistentes a que tomen inmediata acción.
De hecho, de acuerdo a las averiguaciones posteriores a mis adiestramientos, sé que la gran mayoría; sino todos de los asistentes, obtienen resultados positivos inmediatos (más ventas y más ganancias). Es por tal razón que garantizo los resultados de los mismos.
Sin embargo, lo que no puedo garantizar es que esos cambios positivos inmediatos perduren, porque sin un debido seguimiento (constante acción), los vendedores dejan de hacer todo lo que es necesario para vender y ganar más.
Yo creo que una vez sentada la pauta de tomar inmediata acción, es el liderato del concesionario el que tiene que seguir motivando a su vendedor a llevar a cabo constantemente dichas acciones, porque al final son estas constantes acciones las que se convierten para cualquier empresa, en la mayor de las ventajas competitivas.
¿Cuál es tu ventaja competitiva?
Si no la tienes, es necesario que la desarrolles y si ya la tienes, es importante que la lleves al próximo nivel.
Recuerda que el éxito como el fracaso no son resultados que llegan a nosotros por arte de magia. El éxito es una sucesión de continuas acciones que tomamos para conseguirlo, y el fracaso; en muchos casos, es una sucesión de acciones que dejamos de tomar.
Concéntrate en liderar a tu equipo, motívalo y persuádelo a que tomen constante acción. Esa es y será tu mayor ventaja competitiva ahora y para el 2015…. GARANTIZADO.
Te deseo el mejor de los éxitos
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