Uno de los más graves errores que podemos cometer como gerentes, es permitir que todas las mañanas nuestra cultura se “desayune” a nuestros procesos.
Hace un tiempo me preguntaron que si pudiera cambiar el pasado, ¿Qué quisiera cambiar que me hubiese ayudado a cometer menos errores, experimentar menos sufrimientos y a lograr mis metas más pronto?
Primero que nada, yo creo que todo en esta vida tiene su momento y no acostumbro a volver al pasado para sufrir por lo no logrado, pero sí para aprender del mismo.
Por lo tanto; contestando a la pregunta, creo que si hubiese aprendido antes a ser más disciplinado, hubiese cometido menos errores, experimentado menos sufrimientos y logrado alcanzar mis metas mucho más rápido. Noten que dije aprender, porque uno no nace siendo disciplinado, uno aprende a ser disciplinado.
Para hablar responsablemente, no contaré de la experiencia de nadie; sino mi propia experiencia en torno a este tema.
Mi problema era que como gerente, cada vez que me hablaban de disciplina, yo lo relacionaba con la milicia. Pensaba que ser disciplinado era como estar en el ejército; obedecer a alguien que te esté diciendo todo el tiempo, párate aquí, ponte allá, haz esto, no hagas esto, etc.
En otras palabras, sentía que la disciplina coartaba mi libertad de ser y hacer, pero estaba equivocado, porque con el tiempo descubrí que disciplina era todo lo contrario. Descubrí que la disciplina te da el poder de estar en control; hacer las cosas que quieres, cuando quieres y cómo quieres. En nuestros negocios, sabemos que para obtener mejores resultados debemos establecer, monitorear y administrar correctamente nuestros procesos, pero sin disciplina, difícilmente se podría lograr.
Para mí, la situación en la que se encuentra nuestra Industria Automotriz, puede derivar de muchos factores, pero cualesquiera que sean las razones, lo único que están logrando es acelerar nuestro proceso de evolución.
Al ser así, creo que el primer paso que tenemos que dar como gerentes para evolucionar, debería ser acabar con esa cultura vieja, toxica y dañina que no nos permite crecer y entender a cabalidad el factor disciplina; el cual podría beneficiarnos en cualquier circunstancia.
Estimado Colega, con mis palabras no pretendo que te afanes por el pasado ni que te angusties por el futuro, pero si decidiste aprender o recordar el verdadero significado de la palabra disciplina, pon el 100% de tu empeño AHORA y verás en tus resultados los frutos de tu esfuerzo.