El problema es que si por temor a no experimentar el fracaso no hacemos nada; al no hacer nada, nos conducimos al peor de los fracasos.

Yo creo que la razón por la que muchas veces no nos atrevemos a hacer algo, es porque asociamos más dolor, que placer, al hecho de tomar acción.

En anteriores ocasiones he hablado de lo importante que es reconocer que todo lo que hacemos en nuestras vidas lo hacemos por la necesidad de evitar dolor o el deseo de obtener placer. Y aunque mi mayor deseo es pensar que la gente hace las cosas para obtener placer, la cruel realidad es que la inmensa mayoría de las personas solo suelen hacer las cosas cuando es inevitable el dolor.

Piensan equívocamente, que tomar acción ahora es más complicado y doloroso que lo que experimentaran en el futuro; y por lo tanto, no hacen nada por temor hasta que se dan cuenta que se les está haciendo es muy tarde.

Pero, ¿Cómo podemos aprender a manejar esto que está tan arraigado en nosotros y es tan importante?

Yo pienso que la idea es aprender a controlar estas dos fuerzas a nuestra conveniencia, para convertirlas en fuerzas motivadoras.

En otras palabras, usar dolor y placer en vez que el dolor y placer nos usen a nosotros.

Podemos empezar entendiendo que el dolor puede ser un mejor motivador. O sea, si quieres controlar tu comportamiento, solo enfócate en cuanto más doloroso será el resultado si no haces algo al respecto.

Cada vez que tengas que hacer algo importante, imagínate cuan doloroso sería no hacer nada al respecto, todo lo que perderías, todo lo que dejarías de ganar y disfrutar.

Mientras más vívidamente te lo imagines, mejor. Esto te hará sentir tanto dolor, que prefieras tomar acción.

Estimado Colega; yo creo que el poder de cambiar cualquier cosa en tu vida, nace en el momento que tomas una decisión real y tomas acción.

Si ya entendiste que aprender a manejar el dolor y el placer son y serán dos factores predominantes en tu éxito o en tu fracaso, ¿Cuál es tu decisión y cuándo tomarás acción?

Te deseo el mejor de los éxitos