Recientemente en una reunión muy amena, mi estimado amigo y colega Roberto de la Torre, me comentaba respecto a un escrito de Ron Ashkenas publicado en el Harvard Business Review.
El escrito se titula “Let’s hold consultants accountable for results” que traducido al español sería algo como “Hagamos a los consultores responsables de los resultados”.
En el mismo se resalta, a no ser que sea una asignación en especial, el hecho de que luego de los consultores hacer sus recomendaciones, la responsabilidad absoluta de los resultados de llevar a cabo todas esas recomendaciones recae sobre los empleados de la corporación y no sobre los propios consultores.
En muchas industrias este es un hecho relativamente común en la relación entre los consultores y las compañías, pero lo cierto es que si solo se queda en esta “etapa” (consulta), yo creo que el trabajo del consultor está incompleto.
Y digo esto porque luego de los consultores ofrecer sus recomendaciones, nada nos garantiza que el trabajo necesario para conseguir los resultados se llevará a cabo y por lo tanto, nada nos garantiza que los resultados serán favorables.
Benjamín Franklin decía “dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo” y creo que si analizamos este pensamiento profundamente, te darás cuenta por qué yo también opino que si la consultoría se queda solo en recomendaciones, el trabajo del consultor está inconcluso.
“Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo”. Por lo general los consultores suelen ser contratados para llevar a cabo un estudio de situación luego de lo cual ofrecen opiniones, sugerencias y recomendaciones, pero es en el proceso de implantación (“involúcrame y lo aprendo”) donde a mi modesta opinión, el consultor no participa al 100% y por lo tanto, no se convierte en responsable de los resultados.
Quizás esto no sea algo que le agrade escuchar a mis colegas consultores por la gran responsabilidad que conlleva y porque de no resultar las sugerencias y recomendaciones en la implantación, quedan expuestos a poner en riesgo su prestigio, pero lo cierto es que si tan seguro está el consultor de lo que recomienda, no debería tener ningún temor de involucrarse al 100% en la implantación para también ser responsable de los resultados.
Estimado colega, el proceso de consultoría debería ser inicialmente uno de estudio, análisis y recomendaciones, pero luego también el de establecimiento, implantación y monitoreo hasta obtener los resultados deseados. Y aunque mucho influye el costo que conlleva contratar los servicios de un consultor, una de las maneras como puedes cerciorarte que estás contratando a un consultor que te proporcionará todo el proceso completo, es atando su plan de compensación a los resultados.
¿Hagamos a los consultores responsables de los resultados? Yo opino que sí, ¿y tú, qué opinas?
Éxitos