Me he topado con colegas, que luego de haber leído la penúltima cápsula (XVI) se han sentido incómodos con mi punto de vista. Debo confesarte que lo volveré hacer, pero nunca será desde la presunción de que me siento superior a nadie, sino mas bien con el derecho que me da el haber cometido los mismos errores que tu.

Pero no vasta con reconocer los errores, es necesario hacer algo al respecto.

Muchas de las historias de éxito más grandes que he escuchado en mi vida provienen de grandes errores. Una de la que más me llama la atención es la del Señor Augustine Mandino (Og Mandino).

Og, luego de convertirse en alcohólico, perdió todo lo poco que tenia hasta quedarse sin nada. Esto lo obligó a vivir en la calles, provocando en él deseos de quitarse la vida. Para protegerse de la inclemencia del frío, empezó a merodear las bibliotecas públicas. Allí, desato un voraz apetito por leer respecto a su condición (alcoholismo entre otras) y tomó la decisión de empezar la búsqueda de si mismo en pos de curarse.

No haré la historia completa, pero debo decirte que luego de “tocar fondo” y aprender de sus errores, Og llego a ser el Editor de la revista Success Magazine y mas tarde escribió el celebre libro “El Vendedor Mas Grande Del Mundo”

Ahora te preguntarás, si yo no soy alcohólico ni estoy considerando suicidarme ¿Qué tiene que ver esto conmigo? Pues en realidad lo que quisiera que te fijaras es en la forma como interpretas los eventos. La gran enseñanza de Og fue la interpretación y el significado de ese evento (error) en su vida.

Tenemos dos alternativas, mirar el error y echarnos a llorar o mirar el error y aprender del mismo. Dice A.R. que el error es como el combustible, si no lo usas bien puedes provocar una explosión, pero si lo usas correctamente puedes utilizarlo para llevar una nave espacial a la luna. ¿Cuál es tu decisión?

Luego de 23 años de haber participado activamente en diferentes áreas del negocio automotriz, debo confesarte que por mis venas sigue corriendo la sangre de vendedor y vivo muy orgulloso de esto. Especialmente al reconocer la importancia de que en esta “complicada maquinaria” nada se mueve hasta que no se vende un vehículo.

No me tomes a mal, es que “La vaca nunca olvida que fue ternera”

Éxitos