Hace unos días atrás, tuve la oportunidad de almorzar con un buen amigo (J.B.) el cual dentro de sus siempre sabias conversaciones, me mencionaba la importancia de educar a todo el personal de la industria automotriz de Puerto Rico.
Mi primera reacción ante sus palabras, fue un “!si, tienes razón!”. Sin embargo, no pude esconder la gran frustración que e veces siento por no lograr que mis colegas lo vean de esa forma.
Le comente entonces, que me llamaba mucho la atención el como la alta gerencia de algunas empresas de nuestra industria, no consideraban importante; o por lo menos, no le daban la importancia debida a la educación o preparación de sus ejecutivos.
De hecho, ante la mera sugerencia de que se deba adiestrar al personal de sus concesionarios, la inmediata respuesta de ellos es que “no es necesario” o que “ya tienen suficiente experiencia” (como si los años de experiencia fueran reflejo de la cantidad de carros que venden al mes estos “experimentados”) o peor aun que el educar a su personal “sale muy caro”.
Al mencionar “sale muy caro”, mi amigo JB me dijo sabiamente, “Si la educación les parece cara, espera a que se den cuenta cuan mas cara les sale la ignorancia”.
Aunque eran palabras fuertes, no podía negar que eran palabras con luz.
Me di cuenta entonces que a falta de clientes, seguimos pensando en que invirtiendo dinero para crear nuevas e innovadoras alternativas publicitarias, nos garantiza generar suficientes llamadas de ventas; o si la cosa sale mejor, más tráfico de personas a nuestro local.
Y si con suerte se logra ese cometido, me pregunto ¿Quién atiende a estos clientes? ¿Cómo son atendidos estos clientes? ¿Se maximizará en la gran oportunidad de este tráfico de llamadas y “walk ins”?
No sé si este tu caso, pero me temo que la gran mayoría de nuestros colegas no podrían contestar esto con exactitud.
Adiestrar y preparar al personal no es un gasto, más bien es una inversión. Y sin lugar a dudas, te garantiza que cada uno de los esfuerzos que realices por atraer clientes a tu concesionario van a ser mejor aprovechados.
Después de todo, debemos recordar que “no es vender, es saber vender”