Como muchos padres de familia en Puerto Rico, este mes celebre al lado de mis seres queridos la graduación del 4to año de mi hijo JL. Ahora mi recién graduado irá a la universidad, con el propósito de estudiar un bachillerato en Física, para luego continuar sus estudios hasta lograr su doctorado.
El solo hecho de que mi hijo haya decidido estudiar una carrera, ya es un gran logro, y todo lo que consiga en el futuro siempre me llenará de orgullo.
Sin embargo, tengo que confesarles que si hubiese sido yo el que seleccionara la carrera para él, muy probablemente hubiese seleccionado mercadeo o algo similar a mi profesión.
¿Es este un deseo común de los padres?
Quizás suene egoísta, pero si hemos sido exitosos en nuestras carreras, creo que a todos nos gustaría que nuestros hijos siguieran nuestros pasos (profesión), y lograr con esto una “sucesión”
Puesto que mi compañía no tiene un andamiaje muy complicado, el hecho de que mi hijo no quiera continuar el “legado” no impide que siga funcionando. Pero, ¿Qué pasa si los hijos quieren continuar con el negocio, y la organización es mucho más grande y compleja? ¿Están los escogidos preparados para continuar el “legado”? ¿Tienen los conocimientos, las destrezas y la actitud para continuar con el negocio?
A mi entender, todo este proceso de trabajar con la futura “sucesión” de un negocio, es algo que se tiene que hacer con anticipación partiendo desde lo más básico.
Por ejemplo; muchos colegas tienen la percepción de que si hacen de que sus hijos trabajen dentro del negocio (empezando a veces desde las posiciones más bajas), adquirirán experiencia y con el tiempo; si les gusta, quizás prolonguen su estadía dentro de la misma.
Aunque esto, es digno de admiración y respeto, no es menos cierto que los expone a aprender los malos hábitos del negocio también.
Puesto que es más difícil desaprender para aprender, que simplemente aprender, es imperativo que antes de exponerlos de lleno a nuestra industria, sembremos en ellos los principios básicos que les servirá como guía para crear buenos hábitos de trabajo.
Por supuesto que este tema de la “sucesión” es mucho más complejo que esto, pero creo que lo antes mencionado sería un buen principio ¿No lo crees? (hablaremos con as detalles en un próximo escrito).
No sé qué querrá hacer tu hijo o hija cuando se gradúe, pero cualquiera sea su elección, le deseo desde lo más profundo de mi corazón que sea ¡exitoso y feliz!