Cuando de errores se trata, tenemos dos alternativas, mirar el error y echarnos a llorar o mirar el error y aprender del mismo.

Muchas de las historias más grandes de éxito que he escuchado en mi vida, provienen de grandes errores.

Una que más me llama la atención, es la del Señor Augustine Mandino, más conocido como Og Mandino.

Cuentan que Og; producto del alcoholismo, perdió todo lo que tenía; incluyendo a su familia que era su más preciado tesoro.

Su problema de alcoholismo era tan profundo, que provocó que viviera deambulando por las calles y en muchas instancias con deseos de quitarse la vida.

Relata Og, que para protegerse de la inclemencia del invierno, empezó a merodear las bibliotecas públicas donde podía mitigar el terrible frio.

Encontrándose allí y entre tantos libros, desato un voraz apetito por leer respecto a su condición (alcoholismo entre otras) y tomó la decisión de empezar la búsqueda de sí mismo en pos de curarse.

No te haré la historia completa, pero debo decirte que luego de “tocar fondo” y aprender de sus errores, Og Mandino llegó a ser el editor de la revista Success Magazine y más tarde escribió el célebre libro “El Vendedor Mas Grande Del Mundo” del cual estoy seguro haz escuchado hablar más de una vez.

Ahora te preguntarás,  si yo no soy alcohólico, ni estoy considerando suicidarme ¿Qué tiene que ver esto conmigo?

Pues en realidad, lo que quisiera que te fijes, es en la forma como le das cara a los errores y lo que significan para ti.

La gran enseñanza de Og, fue a donde llego, producto de la interpretación que le dio al error que había cometido en su vida.

Dice mi mentor (A.R) que el error es como el combustible, si lo usas mal puedes provocar una explosión, pero si lo usas correctamente puedes utilizarlo para llevar una nave espacial a la luna.

¿Cuál es tu decisión?

Éxitos