“Lo tengo que pensar” quizás pueda variar a; “no tomo decisiones apresuradas” o “lo tengo que consultar con Dios, la esposa, el abogado, y a veces hasta con la almohada”, pero lo que no varía, es el hecho de que en cuanto el cliente lo dice, la mente del vendedor ¡siempre se congela!

Y claro que el cliente lo tiene que pensar, pero la pregunta es ¿cuándo?

En mis más de 25 años de experiencia en la Industria Automotriz, he visto algunos clientes impulsivos, pero ninguno al extremo de ir pasando por la avenida y de repente decidir gastar $30,000 dólares en un vehículo (por decir un número) sin haberlo pensado previamente.

Cuando digo haberlo pensado previamente, me refiero a haberse hecho cuestionamientos importantes como; ¿Cuánto tengo de cuota inicial? ¿Cuánto del presupuesto mensual puedo utilizar? ¿Cuál es el valor actual del mercado del vehiculo que voy a dar en “trade in”? etc.

Para entenderlo mejor, quizás sea necesario que nos pongamos en los zapatos del consumidor y nos preguntemos; ¿Saldríamos a la calle a llevar a cabo la segunda compra de mayor envergadura en nuestras vidas, sin haberlo pensado? Pues yo creo que no.

Entonces ¿En qué más tendría que pensar nuestro cliente, que no haya pensado antes de llegar a nuestro concesionario?

La verdad estimado Colega, es que la inmensa mayoría de los consumidores; no solo piensan en su hogar como pueden comprar un vehículo, sino también se preparan para hacernos creer que nunca lo pensaron.

¿Que lo tienen que pensar? Claro que sí, pero ahora que sabes cuándo; estudia, practica, prepárate y lograrás incrementar tus ventas y tus ganancias.

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