Es indudable que las cosas hay que pensarlas, particularmente si son acciones grandes o pequeñas que repercutirán en ti.

Sin embargo, una vez tomada la decisión entorno a la acción, pues hay que tomar acción.

El problema para muchos de nosotros, es que una vez tomada la decisión, en vez de tomar acción, nos sentamos a “racionalizar” en torno a diferentes posibilidades. Y aun habiendo decidido que “sí”, suele surgir entonces un “pero” que por lo general; en uno tan grande, que nos imposibilita entonces llevar a cabo la acción.

“Procrastinamos”, y dejamos las cosas que podemos hacer hoy para mañana. Y si a esa decisión sin acción le sumamos otras más, con el paso del tiempo se convierte en un hábito monstruoso difícil de vencer, y que suele marcar nuestras vidas negativamente.

Como he mencionado anteriormente, siempre he pensado que tanto el fracaso como el éxito, son una sucesión de eventos de acción y no acción.

De hecho, el éxito como el fracaso, no suelen ocurrir de la noche a la mañana como por arte de magia. El éxito es una sucesión de continuas acciones que tomamos para conseguirlo, y el fracaso; en muchos casos, es una sucesión de acciones que dejamos de tomar.

No dejes para mañana, lo que puedes hacer hoy. ¡Manos a la obra! Es hora de ponernos en acción.

Éxitos